Lejos del insulto, al margen de la descalificación, porque nadie nos ha constituido en jueces del hermano, con los hechos a la vista, recientes y lejanos en el tiempo y en el espacio, sentimos pena por algunas actitudes de las personas.
Hemos escrito de “El silencio de los grandes” en referencia a un gran personaje de nuestra tierra. Estos no necesitan bullicio para serlo. Su grandeza les viene dada por su humildad. Como el Mar, saben colocarse por debajo de todos los ríos para recoger sus aguas. Si quisiesen ser los primeros y colocarse por encima de los demás, las aguas se irían a otros y no serían mar, serían isla, estarían aislados. Nacen con aptitudes y capacidades para satisfacer todas sus tendencias, sin el recurso a otras instancias externas, y las desarrollan.